domingo, 1 de julio de 2012

Reaccionaria

Había dicho que no volvería a escribir, pero he decidido que  no... el tema que tengo pendiente lo dejo en la estanteria hasta que llegue su momento pero debo seguir escribiendo porque siento que debe ser así... que mis pensamientos deben compartirse y que sirvan para algo o para alguien... y mejor dicho: PARA MI MISMA.

Y de repente llega a mi la siguiente noticia de prensa:

"El sabio consejo de Marina Keegan antes de morir"

Marina Keegan murió el sábado por la tarde en Dennis, Massachussets (EE UU). Tenía 22 años y acababa de graduarse en periodismo en Yale. De hecho, le esperaba un puesto en la prestigiosa revista The New Yorker en junio. Pero el destino quiso que el coche que conducía su novio, Michael Gocksch, se saliera de la carretera. Él no tuvo ni un rasguño. Ella murió en el acto.

Su muerte, trágica como solo puede serla la de alguien tan joven con un futuro tan prometedor, le ha dado un valor adicional a algunos de los textos que Keegan había escrito en la universidad y que habían llamado la atención del país entero. No tanto ese en el que le pedía a sus compañeros que no se dejaran engatusar por el encanto de Wall Street: "La mayoría de los jóvenes, si son ambiciosos, se preparan para trabajar en algo que cambie el mundo: ciencia, arte, activismo… Pero lo que no paro de oír es a otros jóvenes que dicen que trabajando para JPMorgan o Morgan Stanley pueden ayudar mejor al bien público. ¿Por qué lo creen? Porque se lo dicen. Es ridículo". O ese musical que escribió y que se representará en el famoso Fringe International Festival de Nueva York.

El texto que más sentido cobra tras su muerte es otro.

Se trata de un artículo que escribió hace poco en el periódico de Yale, para despedirse de sus compañeros. Se titula Lo contrario a la soledad. Ya en el primer párrafo el texto desprende esa atrevida claridad que tienen los buenos escritores: "No tenemos una palabra para lo contrario a la soledad, pero si la tuviéramos, la usaría para decir que eso es lo que quiero en mi vida". Lo define un poco más adelante: "No es amor ni tampoco es una comunidad. Es la sensación de que hay gente, mucha gente, que está junta en esto. Que están en tu equipo. Se paga la cuenta y nadie se levanta de la mesa. Son las cuatro de la mañana y nadie se va a la cama. La noche aquélla de la guitarra. Esa noche que no recordamos. Esa vez que hicimos, que fuimos, que vimos, que nos reímos, que sentimos".

Advierte Keenan que ese concepto que los mejores años de nuestra vida es el resultado del arrepentimiento. Del debería haber hecho…, del si hubiera hecho…, del ojalá hubiera hecho… Porque el arrepentimiento está ahí. "Somos nuestros peores críticos y siempre nos decepcionamos. Dormimos demasiado. Procrastinamos. Vagueamos".

Prosigue: "Pero lo que tenemos que recordar es que todavía podemos hacer cualquier cosa. Podemos cambiar de rumbo. Podemos empezar de nuevo. Hacer un máster o empezar a escribir. Nos estamos graduando. Somos tan jóvenes. No podemos, no DEBEMOS perder esta sensación de que todo es posible. Porque, al fin y al cabo, es todo lo que tenemos".

Es un consejo muy dirigido a la gente de su edad, pero todos podemos aprender de él. O de cómo remacha su columna: "Estamos en esto juntos, 2012. Vamos a hacer que pase algo en el mundo".

Ella ya no podrá hacerlo nunca. A los que sí podemos, nos queda su legado. Ese texto simple pero poderoso que nos recuerda nuestras obligaciones en la vida: crecer, realizar. Y cambiar el mundo."

Fuente: The New York Times / ABC News


Tras leer eso me atrevo a hablar de varias cosas a cual más significativa o que cobran sentido en las muchas cosas que he ido oyendo, aprendiendo, leyendo y que no le he encontrado ejemplo cercano o de actualidad hasta leer este artículo.


Primero me agrada ver que gente tan joven piensa, se rebela y posee tanta sabiduría que muchos encuentran con el paso de los años y otro muchos ni lo lograrán jamás, y me hace no ser tan pesimista en cuanto a la falta de fé en la humanidad que algunos poseemos y en saber que siempre llegarán algunos que equilibrarán este caos.

Y luego, analizar por qué está joven ha fallecido a los 22 años. No creo en las casualidades y si creo en que a veces para que los mensajes nos lleguen deben ser a consecuencia de algo trágico, como es el caso de la muerte de esta estudiante, para que en la medida de lo posible no pase desapercibido.

Pensáis que si este chica siguiese viva se hubiese publicado sus "llamamientos"? Estoy convencida de que no. Si continuase en este mundo todo se hubiese pasado por alto.

Por tanto, me hace pensar que su corta vida tenía un fín claro y muy definido: HACERNOS REACCIONAR!!!.

Y me encantaría creer que su muerte no fue en vano. Quiero ser optimista, pero sinceramente... sus mensajes llegarán a unos pocos y la gran mayoría ni habrá reparado en esta noticia y otro gran grupo lo olvidará pasado un tiempo, con lo bien que nos vendría en este momento de crisis que lo que nos dice esta joven calase hondo y nos uniésemos por salvar esta civilización que va derechita al abismo...

A veces esperamos un mesías, y de alguna manera se siguen presentando no se si mesías o mensajeros, pero estamos tan llenos de información que pasamos por alto lo importante para quedarnos en lo superficial y lo que nos hacen creer que nos dará la felicidad: dinero, propiedades, bienes, status, modelo familiar de casas-hijos-perro-coches...

Y como quiero que lo que escriba tenga carácter constructivo y sirva de algo, sólo unas preguntas para la reflexión.... Qué el lo importante en tu vida? Qué te hace feliz? o mejor dicho... Podrías decirte que es la felicidad?

No, no es eso lo que quiero para finalizar esta entrada. Quién soy yo para lanzar preguntas? Me creo acaso mejor qué nadie? Qué fue de mi humildad? Yo que me he equivocado tanto, que me he perdido tanto, que el dolor me ha machacado tanto... sigo aprendiendo y me creo con derecho a dar lecciones? De qué?

Hoy ando confusa... demasiadas sensaciones y sentimientos enredados que no esperaba despertar en tan sólo unas horas. Sentía que lo controlaba todo de nuevo y ahora se ha vuelto a tambalear y además me vuelvo torpe y mis actuaciones lo delatan.

La resaca de un día inexperado que me aturde y me embriaga, que me hace volar y soñar y tener ilusión, pero a la vez me siento molesta... pierdo el control? Ufff, uffff, ufffff... demos tiempo y sobre todo... STOP!!! Para esa impulsividad... Respira, respira...

Priorizo y consigo ser feliz!!!!???

Bueno, mientras, leed el mensaje anterior que esta joven no haya hecho su camino en balde.