jueves, 8 de mayo de 2014

Despidiendo un viejo mundo

Echo de menos, echar de menos, aquello que antes me divertía.
Ahora no es lo que me apetece hacer para sentirme viva.

Echo de menos el impulso y las ganas de comerme el mundo que me caracterizaba.
Ya no me sale, me faltan cómplices, me sabe a nada.

Echo de menos un grupo de personas con las que poder hablar y reír sintiéndome en casa.
Cada uno está en lo suyo y se alejan de mi vida.

Echo de menos un hogar limpio y despejado.
Por más que lo intento me agota y me falta tiempo para conseguirlo.
Me enfermo.

Y lo observo sentada, relajada y en calma
y, de momento, me extraña,
cuando era lo que deseaba.

¿Nostalgia del tiempo pasado que nunca regresará?
¿Despedida de un proceso y entrada a otra etapa de la vida?
¿Madurez?
¿Sensatez?
¿Responsabilidad?

Simplemente ya no quiero hacer lo de antes,
no quiero repetir lo vivido.
Quiero cosas nuevas.
En su búsqueda me encuentro,
dando palos de ciegos sin saber lo que me espera.