miércoles, 11 de noviembre de 2015

Honradez quebrada

Es curioso que las personas crean que están haciendo las cosas bien cuando no es cierto.

Hoy leo en facebook como una madre se siente orgullosa de que su hijo haya vendido 20 chupa chups, a sus compañeros de clase, y haya conseguido estafarles al obtener 81 euros en la venta.

Los comentarios de la gente ya son de órgado... le fecilitan por tener un genio en casa, cuando lo que ha sucedido es que es capaz de engañar y abusar de unos pobres ignorantes.

Mi comentario, por supuesto, no ha sido a favor de la acción del menor, ni al orgullo equívoco de su madre, ni de los comentarios halagadores del resto de comentaristas.

Y tras mi intervención, alguien me responde asombrado e incrédulo de que mis valores sean ciertos. Cree que con su nueva respuesta me pone un caramelo imposible de rechazar. Añade que si mis hijos tuviesen tal talento y llegasen a ser banqueros, seguro que me sentiría orgullosa de ellos.

Mi respuesta, mucho más sorprendete para esta persona, es que no me sentiría nada orgullosa porque lo que me llenaría de orgullo sería que fuesen honrados.

Se ofende porque al parecer esa persona es banquero. Le doy mi más sincero pésame y le pregunto si el banco es suyo, porque de no ser así será un simple empleado de banca, que ha entrado en el juego de vender preferentes, hipótecas con cláusula suelo o abusivas, depósitos o fondos variables que permiten quedarse con su dinero, acciones estafas... por tanto su honra quedo atrás hace ya mucho tiempo.

Y pasadas unas horas de reflexión, confieso que estoy bastante asustada. La gente realmente cree que lo está haciendo bien, que ese es el camino y el fín.

La idea es obtener riqueza a cualquier precio. Da igual si para ello engañamos, o si abusamos de esos pobres que ahora no les queda otro remedio que vender lo que poseen. Esos a los que antes alguien, un banquero, les engañó para que firmasen esa hipoteca que ahora le asfixia y le va a dejar en la calle. Sí, en la calle, y no sólo sin dinero, sino con una deuda con el banco, la financiera, el juzgado... de por vida y con mala suerte también embargará la vida de sus hijos.

Pero claro, a los oportunistas que les importa. Ellos ven ahora el filón y corren a comprar esas viviendas pensando que están haciendo un negocio o que menuda oportunidad... no se paran a pensar que esa casa era de una familia que quizá ahora estén viviendo en la calle, o en casa de los padres, o se han metido en cualquier refugio, puente.... que les importa, si ellos han conseguido un pisazo por cuatro cuartos, y en caso de que se les pase por la cabeza dirán "a mi que me importa el resto, que no se hubiesen metido en algo que no podían pagar"...

Entonces, ¿cómo va a poder recuperarse los valores y el rumbo de este mundo? Las bases son erróneas, como funciona el entorno que nos rodea está tan asumido y aceptado, que robar descaradamente es algo incluso valorado y aclamado.

Y los que analizan el mundo desde la parte económica, dirán que es la corriente que hay y es lo correcto. Hay que levantar el país y aprovecharse de la crisis.

Soy una ingenua pensando que la humanidad va a ser capaz de enderezar su camino.

Mi etica y moral se encuentran enfrentadas. ¿Estaré actuando en coherencia con mis sentimientos? ¿Seré parte de esta corriente de desacatos incontrolables?

Y... ¿qué voy a hacer a partir de ahora? ¿cuál será mi camino? ¿será posible vivir sin contaminarme y seré capaz de dejar poso y esperanza en los míos? ¿Serán ellos como el resto y se sentirán felices de carecer de honradez?

Y por último y lo más importante, ¿seré capaz de aceptar que camino tomarán aunque no sea el correcto?


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