Tengo ganas de ir aprendiendo y corrigiendo mis actos.
Poco a poco lo consigo, pero a veces recaigo y vuelvo a
errar haciéndome sentir tonta.
Me enfado conmigo misma. Me entristezco. Me agobio y me envuelvo
en tal desorden y cansancio que puede conmigo.
En mis momentos de arranque lo primero que me da es por
limpiar y ordenar mi casa. Tirar trastos, poner orden, hacer cualquier cosa que
me haga sentir fuerte y dispuesta a
encontrar soluciones.
Se que voy a tener que tomar decisiones para seguir
adelante.
Se que todo lo que me ocurre es parte de mi aprendizaje.
Siento que estaba bien y que cada vez que estoy en lo alto
me llegan circunstancias o situaciones que se me ponen para continuar
aprendiendo.
Podría acomodarme y obviarlas, pasándolas por alto sin dejar
que se crucen en mi camino, pero… sino las vivo, sino entro en conflicto, sino
aprendo, dónde pienso que voy a ir?
En muchos momentos me gusta apartarme de todo para no tener
que juntarme con lo que me hace sentir incómoda, pero se que así no debo actuar.
Sólo los monjes son los que se aislan, pero a mi me tocó ser
mujer y estar entre la gente. No me toca evadirme, sino que debo estar
presente.
Tengo que aprender de ellos. Si hace tiempo yo me
consideraba una curiosa y estudiosa del comportamiento humano, por qué ahora
quiero escapar de eso?
Precisamente observando y viviendo entre las personas es
como se aprende, son ellos los que nutren mi conocimiento, son ellos los que me
enseñan y me llenan de información y cultura humana.
Me doy cuenta de que sin ellos no avanzo, que pasaran
personas por mi vida bien como amigos, bien como conocidos, bien como parejas…
que debo aceptar y disfrutar y dejarles que pasen para enseñarme y fortalecerme.
Debo aprender en el amor, no tanto a darlo, sino más bien a
recibirlo, pero se que cualquiera no puede llenar mi espacio de amor, que es
tan grande que debe nutrirse de muchas personas.
Escribo con cuidado para no dañar a los que me quieren y eso
no me gusta, no me hace sentir libre a la hora de expresarme.
Creo que así no debo hacer las cosas. Quien me quiere de
verdad deberá comprender mi ansia de aprender y de sentirme libre, sin agobios,
sin cadenas que me atrapen.
Y eso también debo aprender, no debo tener miedo de querer crecer y continuar en mi camino.
Todas esas personas forman parte de mi y de mi aprendizaje y, al igual que yo les agradezco lo que me han aportado, ellos deben sentirse bien por lo que yo les haya aportado.
Todos formamos parte de todos. Todos colaboramos en el crecimiento individual de los demás.
Sintámonos agradecidos por ello y dejemos que cada cual siga libremente hasta donde desee llegar.
Camina, vive, no te detengas y agradece, siempre agradece al que te ayudo a aprender, aunque la manera te haya hecho daño.
Gracias a todos los que pasásteis por mi vida, gracias a los presentes y gracias a los que estéis por llegar.
Sin vosotros mi crecimiento sería nulo.
Liberando, creciendo, agradeciendo... siempre agradeciendo.
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