jueves, 1 de agosto de 2013

Recuerdos positivos

En un día como hoy de hace veintiocho años besé por primera vez a mi primer amor.

Sobre una roca a la luz de las estrellas en un lugar rodeado de naturaleza y alejados de la polución.

Pleno campo, adolescencia y hormonas llenas de amor y pasión.

Lo recuerdo sin nostalgia. Como una anécdota de mi vida. Como parte de mi historia y el inicio de todo lo que se refiere a temas de amores y parejas.

El inicio de un camino lleno de historias, aprendizajes de todo tipo que fueron marcando y pasando por mi.

Veintiocho años... se dice pronto y no puedo negar que marco el inicio de una forma de vivir.

Si la vida nos dejase retroceder que distinto seria todo, pero... hay que continuar y mirar hacía adelante con todas las lecciones aprendidas.

Digamos que comienzo un nuevo camino en el que ya he vivido historias que no quiero vivir, porque menudo aburrimiento sería.

Quiero que mi vida sea nueva. Que lleguen a mi cosas que me ilusionen, que me aporten, que me llenen de alegría.

Ahora la economía me preocupa. No hay dinero. No hay estabilidad... ya pasé por eso y me molesta vivir así sin tener necesidad.

Tengo mi trabajo, mis gastos, mis obligaciones y responsabilidades y... dos frentes que me tienen inquieta y molesta y que tengo que solucionar.

Ser flexible y comprensiva no parece  la solución porque abusan. No se si piensan que soy tonta, que me la están colando o que soy la gallina de los huevos de oro.

Pero no, no soy nada de eso. Tengo un límite y ya he llegado a él.

Me molesta ser yo la que tenga que arreglar y parar esto, cuando es un tema suyo y lo tenían que haber resuelto. Pero...

Si algo he visto a lo largo del tiempo, es que sigo siendo demasiado generosa cuando no lo merecen.

Y aunque creo que he esperado demasiado tiempo y que eso ha llegado a un punto en que mi situación es crítica, no me importa porque de ella saldré y este tema también lo solucionaré.

Mitad de verano, momento de apretar los puños y acabar con todo.

Merezco vivir relajada, merezco estar tranquila, merezco poder salir a tomar algo con mis amigos, permitirme un teatro, un cine, un viaje... bucear.

Tantas ganas de sumergirme bajo el mar y no tengo ni para casi ver el mar.

Ya hace seis años de aquella primera vez en la que me veía así, pero reconozco que ahora la situación es mucho peor. Pero, bueno, si de aquella tarde un año, en ésta tardaré dos pero lo solucionaré.

Manos a la obra y me doy fuerza y ánimo para conseguirlo.

Puedo, puedo, puedo....

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