lunes, 7 de octubre de 2013

Egoísmo que no sabe de amar

He leído un artículo en el que hablaba el nuevo papa Francisco y decía que "desde el sacerdote más humilde hasta el pontífice de la Iglesia debía despojarse de la vanidad, la arrogancia y el orgullo, y servir humildemente a los miembros más pobres de la sociedad".

Además, y cito textualmente "Esta es una buena ocasión para invitar a la Iglesia a despojarse de lo mundano".

Y como broche de oro añadió que los monasterios y conventos que se encontraban cerrados debían abrirse para albergar a inmigrantes y refugiados.

Me hubiese gustado leer que además estaban abiertos a las familias sin hogar y algunas cosas más, como:  que les iba a emplear dentro del propio monasterio para la ayuda en su mantenimiento, trabajar las tierras de su propiedad, en la cocina, en la limpieza,...

Es triste ver como enormes monasterios y conventos se han cerrado y comienzan a deteriorarse y que nadie hace nada.

Ves grandes extensiones de terreno que antes alimentaban a muchas familias con el trabajo de los monjes y gentes del pueblo, y ahora... nada. Tierras y edificios abandonados sin darles ningún uso ni empleo.

Por lo que escuchar al papa, parece que crea algún tipo de esperanza para este "mundo salvaje", como lo nombra él, "que no entrega empleos, que no ayuda, que no le importa si en el mundo hay niños que se están muriendo de hambre".

Son tantas cosas las que debemos cambiar de nosotros para poder llegar a lo que la humanidad no comprende que debe ser...

Es tan sencillo como ser buenos, honestos, vivir amando todo lo que tenemos y existe, amables, educados, generosos... y no hablo de lo que dice la iglesia, sino de ese mensaje común de todas las religiones que debería ser lo que se enseñase en las escuelas.

Y no quiero mal interpretaciones, porque no defiendo lo que son los estamentos religiosos de cada cultura, sino el mensaje común que se extrae de sus escrituras, libros y mensajes.

La humanidad cada día se aleja más de sí misma. No sabe a dónde va y cada vez se la ve más perdida.

La pena es que como continúe así llegaremos a un punto en el que alguna tragedia sucederá para destruirlo todo y volver a empezar... me gusta dar mensajes con algo de esperanza.


Por supuesto que no lo veremos, pero nuestros generaciones posteriores, sino mueren en la catástrofe, verán esa renovación y deseo que hayan aprendido del error de sus antecesores.

Siguiendo con el tema, me encantaría que se recuperasen esos edificios, y el Vaticano y la Iglesia, que tienen mucho dinero, comenzasen a emplearlo en lo que lo tienen que emplear.
Que al igual que la política necesita de personas buenas, la iglesia también y lo de hacer limpieza ya va tocando en todos los sitios.

En mi casa (que ya estoy en ello y con un montón de ganas y ya necesidad), en la política nacional,  europea y mundial, en la Iglesia y religiones de todo el mundo... que se acabe el egoísmo y la avaricia del dinero, del tener y querer tener cada vez más, de ver que se tiene y se quiere más, que no sólo lo vemos arriba, sino en la gente cercana.

Y mi  pregunta siempre es la misma: Para que quieren más si tienen de todo y les sobra? 

Una cosa que me dejo muy impactada fue el año que me divorcié y comenté a mi madre que como no tenía dinero para irme de vacaciones con los niños, que me iba a ir al pueblo a pasar unos días.

La casa era de mis abuelos maternos.

Mi madre me dijo: Hija, si vas llévate de todo, pero hasta colchones que allí no queda nada.

Aluciné con que sus propios hijos fuesen tan egoístas y se hubiesen llevado las pocas pertenencias que allí había, y sobre todo porque muchas cosas que se llevaron las llevó allí mi padre (era su yerno) porque eran tan pobres que mi padre les ayudó durante toda la vida.

Ese mismo año para el aniversario de su muerte fui al pueblo a llevarles flores.

Y mi padre quiso enseñarme la casa...

Cuando abrió aquella puerta y entré en el comedor y mi visión fue... maletas antiguas abiertas y vacías tiradas por el suelo, la cama de mis abuelos sin colchón... de la cocina faltaban todos los utensilios y habían dejado los botes de comida que mi abuela tenía sobre la chimenea, llenos sin ni siquiera haberse molestado en tirarlo, pero del resto nada de nada.

Continuo recorriendo la casa con pena... Armarios con las puertas abiertas y los cajones en el suelo vacíos... como si alguien hubiese desvalijado aquel hogar.

Sí, era mi hogar de la infancia, al que cada fin de semana íbamos la familia a ver a los abuelos, a llevarles comida, y lo que les hiciese falta.

Y el resto de los hijos y nueras les habían quitado todo.

En mi interior no sabría explicar que sentí, pero era como si me hubiesen robado en mi casa, en mis recuerdos, en las cosas de mis abuelos... no lo comprendía porque a ninguno le hacía falta nada.

Era y es ese afán de poseer que mucha gente tiene, y la envidia de que alguien se quede más que yo de un reparto que moralmente no les pertenece.

Pues eso mismo lo había vivido unos meses antes cuando me divorcié y mi ex, que se quedó con una casa completamente montada, quería llevarse todo lo que se quedó en la parte que me correspondía.

Cuando veía como me "desvalijaba" me alucinaba no conocer a alguien que tenía por generoso.

Y encima tengo que volver a presenciarlo en casa de mis abuelos.

Y ahora lo veo en casa de mi pareja.

Y os prometo que algo se me remueve por dentro porque no comprendo que quien lo tiene todo quiera quitar al que no tiene nada.

Es como los bancos con las familias que no pueden pagar sus hipotecas y aun viendo que no tienen nada les quitan lo único por lo que han trabajado y donde puede refugiarse de su pena y su dolor.

Qué le pasa al mundo?
Qué les pasa a las familias?
Acaso no sabemos lo que es amar?
Acaso no nos damos cuenta que con esa avaricia hacemos daño?

Luego seremos de los que nos demos golpes de pecho y anunciemos a los cuatro vientos la cantidad de acciones de generosidad que realizamos, cuando lo que estamos haciendo es dar las migajas que no queremos.

Eso no es amor, ni caridad, ni generosidad eso es querer limpiar algo que no puede limpiarse: la avaricia y el egoísmo.

Por que el amor es otra cosa...

El amor es lo que se dá sin esperar nada a cambio...
El amor no se compra ni se vende ni se mendiga...
El amor por los hijos debe ser sincero y verdadero...
Y el amor más bonito es amarse a uno mismo y hacerte sentir lo que haces sentir en los demás cuando les amas de verdad...

Amemos la naturaleza.
Amemos a nuestros abuelos.
Amemos a nuestros padres.
Amemos a nuestros hermanos.
Amemos a nuestros hijos.
Y amémonos a nosotros principalmente.

Si realmente te amas con el verdadero sentido del verbo AMAR, todo lo bueno se te presentará.

Y lo mejor, descartar todo lo que no implique AMAR!!!!!!

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