miércoles, 23 de octubre de 2013

Revolucionarse

Hay paro porque no hay cosas que hacer?
No necesitan nuestros hijos más profesores? Nuestros enfermos y ancianos más cuidadores?
No necesitamos regenerar el medio ambiente? Repoblar bosques? Regenerar costas?
No hay hambre en el mundo, que no se necesitan más alimentos?
En aquellos lugares pobres donde habita otra parte de la también humanidad... no necesitan más bombas de agua para combatir las desastrosas sequías? más hospitales y escuelas? mejores caminos y medios de transporte? no necesitan allí ninguna de las "ventajas" de nuestro mundo "desarrollado"? neveras para conservar la escasa comida, por ejemplo? luz eléctrica para hacer más confortables sus noches? no necestian tampoco ni abrigo ni bicicletas?
No necesitamos más tiempo para nuestras propias familias? para atender a nuestros hijos? para cultivar la amistad con nuestros vecinos? para saborear el sentido de esta extraordinaria vida que es el misterio más profundo y hermoso del universo?
No necesitamos cultivar nuestros espíritus; desarrollar nuestra sensibilidad; explorar el infinito océano de nuestra conciencia en busca de la armonía y de la paz?

Si aquí hay desempleo no es porque no haya cosas que hacer, sino porque esas cosas benefician a todos y no son susceptibles de ser apropiadas y acumuladas en beneficio propio por una élite dominante, esclavista y ademocrática.

Nos corresponde a nosotros, la entera sociedad, decidir nuestro rumbo y la forma en la que aplicamos nuestro esfuerzo colectivo para proveernos de lo que necesitamos y deseemos. 
Pero en su enferma avaricia que lo quiere todo para sí, nos han robado la sociedad, la democracia y hasta la cultura. Hemos retrocedido, merced a su esfuerzo conspirativo del nuevo orden mundial, siglos en la evolución de la humanidad. 
Son nuevos nazis que aunque hayan cambiado los himnos y los símbolos, defienden la misma absurda idea de la arianidad, ahora no racial sino "económica". Y nosotros somos nuevos judíos a los que es lícito maltratar, perseguir, excluir, esclavizar y, finalmente, exterminar...

No van a irse solos. Ni con huelgas ni con manifestaciones. Ni con nuevos cientos de "partidos políticos". 
En esto nos comportamos como los primitivos indios oponiendo, valerosa pero inutilmente, sus inservibles flechas a sus bien parapetados fusiles. 
En la sociedad del siglo XXI, la sociedad de la propaganda y la desinformación que realmente somos, tenemos que encontrar nuevas armas y estrategias contra este nuevo enemigo y dejar de creer, tan ingenuamente, que nos bastará con quejarnos y que todo se resolverá con el tiempo y sin que tengamos que asumir nosotros mismos, cada uno por si individualmente, ningún riesgo verdadero.

G A

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