lunes, 11 de noviembre de 2013

Choque de libertades

Me planteo hasta dónde llega la libertad del individuo cuando se convive en pareja, ya que la libertad de uno puedo dañar los sentimientos del otro.

Qué se debe aprender para que ésto no suceda?

Cómo puedes evitar que el crecimiento de uno de los individuos no golpee en el interior del otro?

Qué derecho tienes a reprochar sus actos, cuando sabes que es lo que desea hacer, vivir, ... que todo eso forma parte de su ser y que nada tiene que ver contigo?

Esto de la pareja suele ser una de las grandes asignaturas pendientes de la humanidad.

Nunca sé sabe si se es demasiado flexible; o muy permisiv@, o que lo damos todo y... de repente nos damos cuenta de que estamos sufriendo, de que nos sentimos sol@s, vací@s, abandonad@s, incomprendid@s...

Seguramente algo no se esté haciendo bien.

A veces esperamos que la pareja se dé cuenta de lo que nos sucede sin que tengamos que decirlo (si yo me doy cuenta, por qué no lo hace el/ella?).

En otras ocasiones deseamos que actué como esperamos y si no es así, nos entristecemos. Eso nos modifica el momento en que vivimos, cosa que nos desagrada y descoloca haciendo que en nuestra mente se mezclen los sentimientos de dolor y tristeza con las supuestas situaciones que no se comprenden.

Y si no existe transparencia y sientes que no se te ha querido decir toda la verdad... aumenta la desconfianza, el dolor, la distancia... sabes que algo pasa y duele.

No deseas dejar paso a tu dolor y prefieres esperar callad@, dejando que tu mente procese y aprenda.

Sólo deseas que tu dolor se apacigue y que no aflore de nuevo.

Pero... Haces bien callando? Deberías mostrarlo? Son las preguntas que nos hacemos en estos momentos.

No sabemos si es lo mejor o lo peor, pero es lo que hacemos. Nos callamos.

Como ya se sabe, existen diferentes personalidades a la hora de enfrentar las situaciones y nosotros somos del tipo de no hablar sin que primero sepamos qué nos sucede; sin que tengamos claro qué nos molesta; sin que hayamos definido qué altera nuestra normalidad...

Y en la mayoría de las ocasiones analizamos tanto las cosas que acabamos por obterner las conclusiones que nos satisfacen y queda ese tema solucionado sin hablarse con la pareja.

Por lo que solitos lo hemos visto, nos lo hemos comido, los hemos digerido y, con suerte, al final, expulsado.

Si conseguimos que esa misma situación nunca más nos dañe, será por qué la hemos normalizado? o quizá es que teníamos algo pendiente de aprender y superar? o te estás preparando para que lo que está por venir no te duela o te duela en menor medida?

Sea lo que sea, te has dado cuenta de que te duele que quien te acompaña haga su camino, sobre todo cuando éste se distancia del tuyo.

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