lunes, 16 de diciembre de 2013

Amor conversante

Hay algo que siempre quise hacer y que por fín puedo hacerlo: hablar con amor y sinceridad con mi primogénita.

Con las nuevas tecnologías usamos mucho el whatsapp para acercarnos y conocernos.

Y cuando va a casa de su padre aprovecha siempre para mantener el contacto y expresarme su malestar.

Cosa que aprovecho para hablarle de nuestras vidas, de lo que fué, de lo que es y de lo que podemos mejorar para vivir en armonía, paz y tranquilidad y ser mucho mejores personas.

Es un gran apoyo para mí y mi cómplice en que todo funcione mejor en nuestro hogar.

Y aquí dejo nuestra última conversación íntima y profunda, para que no se olvide, para que quede en el recuerdo y nos ayude a acercarnos mucho más.
....

Mamá: Que te dejen un ordenador. Dile a papá que se ha roto el tuyo. 

Hija: Papá está de mala hostia, así ke paso de hablarle.

Mamá: Por? Qué le pasa?

Hija: Nada, se ha cabreado porque le he preguntado que si íbamos a ir al circo. 

Mamá: Y?

Hija: Yo que sé. Le he dicho ' oye vamos a ir al circo?' y se ha cabreado.

Mamá: Qué ha dicho?

Hija: No sé, ni le he escuchao.

Mamá: No entiendo.

Hija: Ni yo
...

Mamá: Se ha molestado mucho por tu pearcing? Me va a denunciar? Jajajaja. Me meo, jajajaja.

Hija: Jajajajajaja, yo ke sé mama, kee está fatal

Y aquí comienza la reflexión e información a mi hija. Espero que algo de mi mensaje vaya calando en ella... porque deseo que su vida sea mucho mejor que la mía.

Mamá: Que pena y triste es su vida. Siempre enfadado.

Hija: Es un amargao. 

Mamá: Si os noto que cuando venis de estar con él que venis enfadados, protestones, mandones... 
Sabes una cosa? Me encanta que vivamos tranquilos y en paz, que podamos hablar respetándonos, nos escuchemos...

Hija: Pues sí, no como en esta casa que están tol día con cara de odio y asco. No se puede hablar ni hacer na, y te están tol día regañando y mirando mal x cada cosa ke haces o dices

Mamá: Valora lo bueno que tienes. Aprendamos a vivir en armonía. Hay muchas cosas que tenemos que aprender para vivir en familia. Ayúdame a que seamos mucho más felices. De acuerdo?

Hija: okeeii

Mamá: Gracias cariño. Me gusta mucho que hablemos.

Hija: Ya, y a mí.

Mamá: Aunque a veces no nos entendamos quiero que sepas que te quiero mucho y que quiero verte feliz

Hija: Yo taambién mamá , ya lo sabes.

Mamá: Empezamos por cosas sencillas?

Hija: Como qué?

Mamá: Me encantaría que todas las noches cenasemos juntos y charlasemos de nuestro día o de lo que nos apeteciese. Las veces que lo hemos hecho ha sido maravilloso. 
Me gusta estar con vosotros y que compartamos lo que nos pasa.

Hija: Pues lo hacemos.

Mamá: Gracias. No vale irse de la mesa, que te conozco, jejejejeje

Hija: Jajaja, vale, vale.

Mamá: Que bonita eres mi vida. Me siento muy feliz de que seas mi hija. Soy afortunada porque me hayas querido como madre.

Hija: Y yo de ke seas mi mami, gracias por todo.

Mamá: Te estoy dando un abrazo, que lo sepas, aunque sea virtual. Jejejeje. A veces hecho de menos que te acurruques a mi lado como cuando eras pequeña. Si te apetece hacerlo no te cortes y hazlo.

Hija: Vaaale mami.
...

Mamá: Sonríe ante lo que no te guste. En casa de papá intenta no estar enfadada. Y sonríe.

Hija: Es imposible no estar cabreada aki.

Mamá: Prueba. Es lo mejor para ti. Abstraete de lo malo y sonríe. De lo peor se aprende más. 
Qué valoras o agradeces cuándo estás allí?

Hija: Nada.

Mamá: Cómo que nada?

Hija: Claro ke na.

Mamá: No agradeces la tranquilidad que hay en casa? No valoras que se te quiera y respete?

Hija: akii?!!!!!

Mamá: No, en nuestra casa.

Hija: Ah!!! Claro, ahí sii.

Mamá: Son dos casas dónde tienes que estar. Dos hogares totalmente diferentes. Si algún día tienes que crear tu hogar, cómo te gustaría que fues?

Hija: Pues como la nuesstra.

Mamá: Y cómo es nuestro hogar?

Hija: Pues no sé, jaja

Mamá: Jajajaja. Eso no vale. Hay que implicarse y decir algo.

Hija: Si ya lo sabes.

Mamá: Quiero que lo digas.

Hija: Pues yo ke sé... hay libertad, trankilidad y no es una dictadura.

Mamá: Y hay mucho amor y respeto y más que tenemos que poner.

Hija: yaa.

Mamá: Mira, veo celos y envidias entre mis hermanas y entre los de tu padre. Los ví en los hermanos de mi padre y de mi madre. Y siempre me dije que si algún día tuviese hijos me haría muy feliz que se llevarán bien, se quisieran y se respetarán. 

Es algo que ha mejorado mucho, pero que tenemos que seguir mejorando.

No sé que os espera en la vida y que apoyos vais a necesitar, y que mejor que un hermano y hermana para abrazarte y amarte si lo necesitaseis? 

Esa es otra cosa de las cosas que me encantaría que consiguiesemos en nuestro hogar. 

Ganaríamos en tranquilidad y en vivir en paz, armonía y cariño, mucho cariño.

Hija: Pues se intentará.

Mamá: Gracias, eso ya es casi un sí. Vamos a ser muy felices, ya lo verás. Y no dejes de sonreír nunca.

Hija: Vale, vale.

Mamá: Eso quiere decir que me caye? Jaja. Mucha charla de golpe, no? Bueno, ya paro. Pasa una feliz tarde de domingo e intenta observar por qué la casa de papá es cómo es.

Hija: Jajaja, porke son todos retrasaos.

Mamá: Saca lo bueno y desecha lo malo. Según vayas aprendiendo y creciendo iremos comentado más cosas.

Hija: Vale mama.

Mamá: Muasss!!! A comer.

Hija: Hasta dentro de mucho akí no se come.

Mamá: Por? Si son casi las tres.

Hija: No sé, hasta ke hagan la comida y todo. Hasta las 4 o por ahí.

Mamá: Osea que nada de circo. No llegáis ni de coña.

Hija: Claro ke no, si no vamos a ir. Acuérdate lo ke te he dicho antes.

Mamá: Ya, pero como a veces gruñe y luego va...

Hija: Tiene ke trabajar, como siempre.

Mamá: Dichoso trabajo. No cambiará. Lo antepone a todo y se pierde vivir. Por eso vive amargado.

Hija: Ya, pero bueno.

Mamá: Sabes? En esta vida hay que aprender a priorizar. 

El trabajo es necesario para poder pagar y comer. Pero lo importante es los hijos, el ocio, lo que te gusta hacer, uno mismo, los amigos...

En definitiva hay trabajar para vivir, no vivir para trabajar como hace tu padre. Mientras no aprenda eso no va a ser feliz. Yo intenté que se diera cuenta de eso y no fue posible. Y como yo no quería eso en mi vida, ni en las vuestras decidí divorciarme. Por eso y por muchas más cosas. 

Seguramente me equivoque en muchas cosas. A veces no sé como hacer las cosas para que todo sea mejor, pero lo que tengo claro es que hay que vivir felices y no amargada. Y cuando veo que me amargo analizo el por qué e intento cambiar las cosas.

Hija: Como debe ser.

Mamá: Aprendo mucho de vosotros. 

Cuando a veces me dices que estoy amargada reflexiono después, aunque en ese momento te conteste mal. 

Nadie dijo que la vida fuera fácil, pero creo que sí se puede hacer muchas cosas para que mejore. 

He estado mucho tiempo, tras divorciarme, perdida y sin saber cuál era el camino a seguir. 

Quizá no te haya atendido en momentos que me necesitabas, pero es que necesitaba encontrarme bien y fuerte para poder ayudarte a ser feliz. 

Habrás notado muchos cambios en casa. Mucho desorden y descontrol. Ahora estoy en una etapa de reorganizarnos y eso cuesta al principio. 

Soy pesada con que tengáis la habitación ordenada, o que no dejéis cosas tiradas por la casa, o el baño desordenado o la cocina patas arriba... Con los estudios, etc, etc. 

Pero es para organizar nuestras vidas. Y no me refiero a organizar simplemente la casa, sino nuestro interior. No sé si me explico bien, cariño. Me comprendes?

Hija: Te comprendo.

Mamá: Eres muy adulta.

Hija: Se intenta.

Mamá: Desde pequeña te ha tocado hacerte mayor antes de tiempo. Siempre me daba pena verte crecer deprisa por las circunstancias que te ha tocado vivir. 

Un hogar roto es duro para todos, sobretodo para los niños. Y nunca hemos hablado de lo que sentiste o de lo que pasó por tu cabeza. Justo tenías ocho años. Una edad muy importante en la vida de una persona. Yo recuerdo esa edad de manera especial. Parece que es cuando se pierde la inocencia y comienzas a ver la vida de otra manera, dejas de ser niña. Tu cómo lo pasaste?

Hija: No me acuerdo, pero no me afectó.

Mamá: Si te afectó. Sentias pena por mí porque me veías sola. Una vez me preguntaste si tenía novio, había pasado tres meses que se había ido papá de casa. Te dije que no y me dijiste:"pobre, claro, quién te va a quere con lo fea que eres". Me miraste con muchísima pena.

Hija: Ya me lo contaste

Mamá: No lo recuerdas, verdad? Yo recuerdo mis ocho años y tu has olvidado todo lo que sucedió en ese tiempo. La mente humana olvida las cosas que no quiere recordar. Yo no recuerdo casi nada de lo que viví desde que me casé hasta que me quedé embarazada de ti. Y no quiero recordarlo. 

Me devolviste la vida mi amor, cómo no voy a quererte, jodia, jajajaja. 

Un día te voy a enseñar las fotos del verano anterior al divorcio. Son vuestras. Los tres tenéis una felicidad y unas sonrisas preciosas. Nunca más habéis recuperado esa felicidad. Dejasteis de ser niños sin preocupaciones. A partir de ahí vuestros ojos son diferentes y vuestro rostro: Triste. Así que quiero verte sonreír y que tus ojos brillen de felicidad.

Hija: Sii yo soy feliz cuando no estoy aki...


Es bonito acercarnos a nuestros hijos y que sepan que les queremos y les escuchamos, incluso saber que nos escuchan y aman.

Que comprendan que somos humanos como ellos, que tenemos nuestros miedos, que aprendemos de nuestros errores.

Si somos sus referentes que no crean que somos perfectos ni insensibles porque limitamos sus forma de expresarse, de comportarse... no debemos avergonzarnos de ser personas con defectos ni creernos mejores que nadie por nuestras virtudes.

Insisto e insistiré sobre la responsabilidad que tenemos al ser madres y padres. Nosotros no tuvimos padres con la formación y conocimientos que nosotros tenemos ahora. Por supuesto que ellos lo hicieron lo mejor que pudieron y que nosotros debemos hacerlo lo mejor que podamos, pero cuando se es consciente de que lo que hagas por tus hijos en temas de su educación (a todos los niveles, no sólo académica), por su aprendizaje, por su saber estar y comportarse... será fundamental para su vida de adulto, es entonces cuando no debemos mirar hacía otro lado y armanos de amor y paciencia para afrontar esta grande, trabajosa y preciosa tarea.

El amor de una madre hacía sus hijos debe superar todos nuestros miedos y cobardías.

Adelante valientes,  tenemos un gran y maravilloso trabajo que hacer: Formar y acompañar al futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario